Elegguá, una deidad perteneciente a la religión yoruba (población del sur de Nigeria, Togo y Benín) es una de las piezas más emblemáticas de la santería.

Elegguá ¿qué (o más bien dicho QUIÉN) es?

Su nombre en la religión yoruba significa “mensajero del príncipe”. También es conocido como Santo Niño de Atocha o San Antonio de Padua. Es considerado el primero de los cuatro Orishas principales (divinidades en la mitología yoruba), y tiene la reputación de ser un guerrero muy temido y respetado.

La estatuilla de Elegguá se la considera como la dueña de nuestro destino. De la misma dependerá nuestra economía, felicidad, suerte e incluso desgracia.

Elegguá es una figura a la que siempre hay que obedecer, ya que posee una inmensa sabiduría. Su estatuilla es considera un símbolo de protección, una figura a la que siempre debemos observar cuando sentimos que nos estamos desviando del camino. Es un guía espiritual por excelencia, ya que nos brinda la fuerza necesaria para seguir en el camino de la religión. Esta deidad nos permitirá desarrollar la armonía espiritual, necesaria para alcanzar la prosperidad en el mundo exterior.

Este símbolo de la santería tiene dos fechas festivas por año, el 6 de enero y 13 de junio respectivamente. Los lunes son su día preferido de la semana. Sus colores son rojo y negro, presente en sus estatuillas. También se lo asocia con el número tres.

Elegguá en los rituales

El hechizo más popular vinculado a esta deidad es para mejorar la economía. Necesitarás de aguardiente, azúcar, manteca, limadura de plata, miel, ron, tabaco, una naranja y por supuesto la estatuilla.

Una vez que reúnas los elementos debes empezar por cortar la naranja por la mitad. El interior de la misma debe quedar hueco, para poder utilizar la cáscara como recipiente para agregar todos los ingredientes, excepto el aguardiente y tabaco que necesitarás más adelante. Mientras completas el recipiente, repite una y otra vez tu deseo, mirando hacia el cielo e implorándoselo a Elegguá.

Cuando finalices con la preparación, la mezcla debe ser colocada frente a la estatuilla. Rocía la mezcla con aguardiente mientras enciendes el tabaco para utilizarlo como incienso.

El proceso de rociado de aguardiente y humo de tabaco es necesario repetirlo durante siete días consecutivos mientras repites tu deseo una y otra vez a esta deidad.

Transcurrido ese periodo tienes que guardar la ofrenda en una bolsa y ocultarla en un lugar donde nadie haga contacto con la misma.

 

Para activar los poderes de la estatuilla existe un segundo ritual, más sencillo e igualmente efectivo.

Enciende una vela de color blanco y saluda a la deidad. Apaga la llama encima del aguardiente, teniendo cuidado que la llama no haga contacto con la bebida. Repite este procedimiento tres veces.

Cubre la cera con un poco de miel. Por último, tienes que encender tabaco y esparcir el humo alrededor de Elegguá.

Al igual que el ritual anterior, este hechizo debe repetirse durante una semana completa. Este periodo es el tiempo necesario por la estatuilla para escuchar tu plegaria y responder por ella.