Baños de descarga
Baños de descarga, esenciales para recuperar la energía mística
Si somos habituales en las prácticas esotéricas y habituales, el uso de baños de descarga es prácticamente obligado.
No importa si los usamos el mismo día después del ritual o incluso a la mañana siguiente, pero desprendernos de las energías negativas que hayamos podido absorber durante nuestras prácticas esotéricas es algo tan importante como tener la actitud adecuada ante un trabajo de magia.
Los baños de descarga son un catalizador para el cuerpo. También conocidos como baños de propósito, no solo nos limpian de malas energías, sino que mucha gente los considera un buen producto para ayudar a limpiar el karma esotérico. Se usan para descargar el cuerpo de energías negativas, como su nombre indica. Según el uso que vayamos a darle, es recomendable usar botellas pequeñas (un solo uso) o botellas grandes (tres usos). Es importante tener en cuenta que, como cualquier otro producto esotérico, no debe ser usado por menores de edad.
Utilizados desde hace décadas en todo el mundo, la realidad es que en España han ganado popularidad en la última década y media.
¿Cómo se usan los baños de descarga?
Usar los baños de descarga es algo fácil a la vez que placentero, tal y como asegura la esoterista Mery Meyer. Si usamos las botellas de formato grande (250 ml., habitualmente), utilizaremos una tercera parte del contenido del envase en cada uso que le vayamos a dar; en caso de adquirir una botella de baño de descarga en envase pequeño usaremos todo el contenido, dado que son formatos pensados para un solo uso.
Hay que diluir la parte escogida (1/3 parte de la botella grande o todo el contenido de la pequeña) en 1 litro de agua. Nos llevaremos el preparado a la bañera o ducha donde nos dispongamos a realizar el baño de descarga y tiraremos el baño previamente diluido en agua por encima del cuerpo, dejando que nos moje desde la cabeza hasta los pies y, sobre todo, procurando que llegue a las extremidades (brazos y piernas) y a la barriga.
A continuación, podemos estar un buen rato disfrutando de la experiencia que es, de por sí, ducharse o bañarse. Un momento de relajación, de ahuyentar las malas energías. Cuando demos el baño por terminado, es fundamental aclarar el cuerpo con abundante agua (temperatura al gusto) y nos secamos.
Nuestro cuerpo físico y nuestro cuerpo espiritual estarán ya limpios de cualquier energía negativa, y preparados para captar las buenas vibraciones que hayamos invocado, ya que los baños de descarga funcionan siguiendo un poco la lógica de la causa y efecto: me deshago de lo malo, capto lo bueno.